lunes

Así es Chesterton

BY CHESTERTON

Detrás de nuestras vidas hay un abismo de luz, más cegador e insondable que cualquier abismo de oscuridad: es el abismo de la actualidad, de la existencia, del hecho de que las cosas son verdaderas y nosotros increíblemente, y a veces incrédulamente, reales. Es el hecho fundamental del ser contra el no ser: es inimaginable, pero no podemos dejar de imaginárnoslo, aunque algunas veces no lo imaginemos ni, muy especialmente, lo agradezcamos. Quien haya comprendido esta realidad sabrá que prepondera hasta lo infinito sobre toda recusación de la negación, y que debajo de todo cuánto pudiera negarse existe una subconsciente realidad de gratitud. Esa luz de lo positivo es lo que atañe a los poetas, porque en esa luz ven todas las cosas más que los demás hombres. Estas cosas pertenecen al mismo mundo de maravilla en que se dio la maravilla fundamental al propio principio del universo. La creación fue la mayor de todas las revoluciones. Por ella, como dijo un poeta de la antigüedad, cantan juntas las estrellas matutinas. Los poetas posteriores, los medievales pueden descender de esas alturas de comprensión, y extraviarse y dar tumbos y parecer desconcertados: pero no dejaremos de considerarlos hijos de Dios si todavía mueven los ánimos a la alegría. Ello tiene mucho más de místico y de absoluto que ninguna cosa nueva que pueda definirse como optimismo; porque solamente en muy raras ocasiones es cuando comprendemos el deber primeval de la Alabanza como visión de los cielos poblados de coros gigantes.

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