jueves

EL SÉPTIMO SELLO


“ Even that vulgar and Taverne Musicke, which makes

one man merry, another mad, strikes in me a deepe fit of devotion,

and a profound contemplation of the first Composer.

It is an Hieroglyphicall and shadowed lesson of the whole world.”

Sir Thomas Browne

El cielo era un fuego que las sombras combatían, la tarde ya moría y no sabía muy bien donde estaba. Buscando el camino entre calles laberínticas la oscuridad se hizo y de las sombras la ciudad se iluminó tenue como los rescoldos de una hoguera. Saqué el mapa y busqué la dirección del club, debe ser por aquí cerca, -me dije- Estaba cansado y tenia frio, así que me dirigí en busca de un café. En el reverso del mapa leí de nuevo “Tan pronto como alcances el más bajo punto de las profundidades, serás elevado en correspondiente ascensión en un súbito impulso de energía hasta las estrelladas alturas de los siete cielos. Arriba y abajo verás, cimas y profundidades, juntos en nuestro ardiente curso, tu guía y el amo de éstas vibraciones.”

Nadie se veía en la oscuridad, solo la trémula sombras de pasos muertos. El silencio era vivo, la niebla cubrió un poco los árboles sombríos y las viejas construcciones, y las lámparas, como una monstruosa constelación vibraron iluminando los siniestros humos de la noche. Pendiente del menor movimiento escuché el palpitante sonido de unos pasos que me sobresaltaron, venían por detrás de la sospechosas lámpara . El sonido aumentó e hizo templar los infiernos, y los pasos en la oscuridad se me figuraron como si fuesen los pasos de la muerte (después vería que no estaba muy equivocado). Las lámpara mientras se acercaba el sujeto ilumino su pálido y ancho rostro, incendió el fuego de su pelo, y su cuerpo adquirió la rara perspectiva de un personaje de Picasso y caminando hacia mi se cubrió en sombras, cuando me vio se exaltó un poco y me preguntó, primero en alemán y luego en ingles.-Vas al club? -, sin modular una palabra asentí nervioso, y a su indicación lo seguí. Pasamos por calles que bajo el juego irreal de las luces y sombras, llenaban el silencio de una infinitud vibrante. Con los sentidos concentrado en el menor movimiento mientras seguía al misterioso hombre, y mirando continuamente hacia atrás, me sobresalté al escuchar que el hombre comenzó a hablar del Club. Soy alemán, -dijo- he estudiado como Fausto, las leyes de la naturaleza y los deseos de los hombres, la filosofía, música, literatura, la geometría, la religión, tecnología y neurociencia -pensé que decía disparates- por el raro vestido y despliegue de afectación, y continuó diciendo, -he hecho pactos demoniacos y divinos, he experimentado con el tiempo y ahora como debes saber es la gran noche donde temblaran las altas esferas, aquí tengo el último sello de la divinidad, el sello- repetí- Qué sabes del club le pregunté? y continuó diciendo, se podría decir que el club ha existido desde lo más remoto del tiempo, por el afán del hombre de trascenderse a sí mismo y escapar de la realidad, unos lo hacen por medios religioso, otros a través de la filosofía profunda, el suicidio o la música que en alianza con la tecnología y la neurociencia han abierto, gracias a nuestro hombre, nuevas puertas hacia diversas aventuras mentales. Mientras lo escuchaba pensé que estaba loco, aunque todo lo que decía me resultaba razonable. Me hablo de los místicos, de los más grandes artistas, físicos, tecnólogos, geómetras, neurocientíficos, todos al mando de un músico de genio. Qué es el último sello le pregunté incrédulo, quién es ése músico? -No se ciertamente quién es, cada cual tiene una diferente percepción de sus atributos, unos dicen que es el profeta, el enviado de Dios, otros que es un impostor o exitoso negociante, otros dicen que es un genio demoníaco. Hoy en el club lo sabrás, haremos contacto, todos seremos uno, y uno todos, seremos inmortales, el sello nos abrirá a otras realidades donde todas las formas en una sola forman se disuelven y reforman, escucharas la música de las esferas, veras el disco, los jeroglíficos del mundo, atravesaremos la frontera de los sueños y nos aventuraremos en los orbes de la muerte. El temor que me producía este maniático casi me hace salir corriendo..

El hombre cada vez más imaginaba intrincados disparates y recordé el Quijote. Debe ser tal tipo de locura –me dije-, mejor será seguirle el juego. Dime del sello, y respondió, aquí lo tengo pero no lo puedes ver aún. El obscuro músico ha creado una extraña tecnología que ha llamado el séptimo sello que nos permitirá escuchar su música. Él ha experimentado con las partículas subatómicas de los sonidos, con las vibraciones del cerebro. Por la neurociencia sabemos que una música eléctrica rige las profundidades del inconsciente que fluye en un sagrado tiempo inconmensurable para el hombre, y que la conciencia que conocemos, es sólo una formas de todo un orbe de estados, cuyas ondas y frecuencias ya las herramientas de la tecnología en alianza con el arte han estado manipulando, experimentando con la sinapsis y un mundo de nuevas texturas plástica y geometrías elementales que sustentan y componen los ritmos del cosmos y nos permiten vislumbrar la divinidad; bajo el obscuro giro de los discos, los espejos, luces, el baile y el movimientos inteligente de sus dedos rozando el disco y la mente de sus seguidores, les dará una nueva forma. Él ha unifica toda las leyes de la física y el arte en su música inteligente, y se propone jugar con el tiempo y el espacio.

Por seguirle la corriente a tal loco y vivir la aventura en un país extraño y mágico donde las cosas parecían más grandes y cerca, le comenté que venía del trópico, donde había escuchado en la ciudad los rumores de una sucursal del club del suicidio en Londres, y como escritor de un cuento quería detallar los sucesos. Me imagino que ya sabes que asesino, viene de la palabra árabe hashish,- me dijo- éste era el nombre del viejo de las montañas que en la remota arabia controló una banda de asesinos y drogas y donde se cree fueron los cimientos de nuestro club. Pero ellos eran una banda de lunáticos que azotó ciudades y países enteros, el viejo, incluso controlaba con sus obscuros dedos de destrucción y muerte a los más poderosos monarcas de la iglesia y los sistema. Los sabios y reyes por igual oscilaron bajo el movimiento lunático de sus manos. Luego me habló de un club de artistas y bohemios en París llamado el club del Hashish. A diferencia de tal club- me dijo- ya no consumimos tales drogas que encadenan la razón, y son una terrible arma para el suicidio, de ahí lo novedoso de nuestro club. Unas vacaciones momentáneas y salida fácil del laberinto y caos de esta vida. Como debes saber a diferencia del club del suicidio de Londres y de otras ciudades cuyo nombre no quiero acordarme, aquí se ha perfeccionado su estilo, la muertes ya no es irrevocable, sino inmediata y momentánea, un dulce sueño de la razón y los sentidos, al juego de los ritmos eléctricos de la música. Claro está que las cosas pueden resultar mal y no ha faltado quien se queda del otro lado de los poderes inmesurables, y son esos los sacrificados que teñirán la luna roja. Como podría ser la muerte momentánea? -Me pregunte-presentía que el mal y una tormenta se venía.

El sujeto que dijo llamarse Kurt parecía muy solo porque no paraba de hablar, quería correr pero me seducía su acento musical y sus extrañas historia del cual pensé seria ideales para mi cuento. Rompió el silencio y dijo sigilosamente repitiendo la misma cadencia lunática. Desde los más remotos tiempos los miembros del club han estado laborando silencioso sus cimientos, ha evolucionado hasta lo último en novedades. Nuestra vida es una triste composición, una larga prolongación de la muerte, muerte que será el espejo donde podamos descifrar quiénes somos y quién o qué nos rige , podremos vislumbrar más allá del abismo de la oscuridad en el eterno resplandor de nuestros supremas facultades y obscuros atributos de la mente. Sin esa melancolía enferma de la muerte y el sufrimiento, atravesaremos por el disco de la inmortalidad y mientras gire, podrán aventurarse en las famosas e innombradas regiones del futuro, la muerte, el sueño y el olvido. Con la música se abrirá la puerta de la percepción y se podrá realizar de un paso el afán de trascendencia, libre del intolerable ser y repulsivo ambiente.

Kurt hablaba con la pasión de un loco. Cuando se excitaba y deliraba sobre el club pensaba que me iban a asesinar, al lanzarme tenaces miradas con sus ojos radiantes y pupilas dilatadas. No aguanté el temor que me afectaba, no tanto él como el ambiente de pesadilla y empecé a correr. Las lámparas combatían la noche, el viento helado soplaba la niebla y sus girones tomaban tintes atroces como genios malignos. Doble a la izquierda dos veces por largas cuadras, entre los arboles olía a humedad, tierra, y al verde pecho de generaciones muertas. Asfixiado pare, mire hacia atrás y no vi a nadie, vi un café y entré.

El tendero con un rostro sombrío y perfilado estaba sentado con otro hombre más alto, de piel oscura, que al hablar, sus blancos dientes alumbraban tensos, dando al hombre un aspecto insano .Rompí la tensión, y apoyé la mano en la mesa, -Good night gentlemen, can i have a coffee please- ellos no me entendieron, al apoyar la mano en la mesa, la superficie giró y me caí. Los hombres se rieron como payasos de alguna pesadilla, y repetí, una vez en el suelo con mi cabeza de revés, un café por favor, necesito despertar de ésta pesadilla, y me trajo algo caliente. Diciéndome que no tenia café me dio una bebida que olía muy fuerte, esto te calentará y despertará, y lo puso sobre la mesa, tenía mucha sed y me congelaba y tomé un sorbo. Mientras lo hacía les conté lo sucedido con el loco, el tendero de nariz de arpía se agitó levemente e hizo tambalear la mesa, se tomó la bebida que tenia sobre la mesa y dijo me que tranquilizara, que de seguro era alguien en drogas que se dirigía a una simple fiesta de música electrónica que últimamente se habían estado realizando en lo profundo de la noche. Eso creo, respondí y el negro me preguntó curioso si había visto el sello, lo que me pareció extraño. Al dar el segundo sorbo la bebida ya se había enfriado, el silencio se hizo, los hombres se miraron, cuando escuche golpes en la puerta, knock, knock, knock, los hombres no se movieron y el negro hizo una mueca horrible, knock knock,Knock, abriré, no lo hagas me respondieron, y quien tocaba, preguntó, Who's there, in the other devil's name? Reconocí la voz de Kurt y la pregunta que hacía, era un verso en Macbeth cuando el portero toca la puerta, y del otro lado, Macbeth ha cometido el asesinato del rey de Escocia, lo que le dio cierto horror a la escena.

Tu sangre teñirá la noche, dijeron los hombres para mi sorpresa. Bailaremos a través del espejo de luna , experimentaremos con el tiempo y controlaremos la consciencia de los hombres, obtendremos el sello y haremos alianzas demoníacas, y en el paraíso y en el infierno nos moveremos al ritmo del disco. Knock, knock, knock. Danos el mapa para poder ingresar, me dijo furioso, y se balsearon sobre mí, saque el mapa y les dije que no sabía nada del club, me empujaron y caí, de todas formas morirás replicó el negro, has bebido una droga que te sumirá en delirios y muerte. Por la puerta trasera se deslizaron. En el suelo sentí el peso de la muerte operando dentro de mi cuerpo, me llene de miedo al pensar que todo era un artilugio maldito de alguna banda de asesinos, pedí ayuda y Kurt de una patada abrió la puerta. Sígueme-dijo- lleguemos antes que esos malditos. Quienes son -le pregunté-. Quieren robar el disco; el séptimo y último sello de la divinidad, en esta noche apocalíptica se disolverá la ficción del tiempo, el bien y el mal brillaran en un resplandor último.

En este punto ya no sabía que pensar o creer, todo era tan loco y confuso, que angustiado por la muerte dije que regresaría de inmediato a un hospital. Cálmate y sígueme, serás inmortal, -dijo- me reí nerviosamente y sentí de nuevo la opresión y locura de mi mente enferma, prisionera en un mundo caótico y mórbido. Ya empezaba a sentir los efectos del veneno y lo inevitable y empecé a divagar de qué modo podría ser uno inmortal.

Un viento sopló y sentí como si mis sentidos se sacudieran y ondearan, mezclándose. Ascendimos una colina y bajamos dando curvas hasta llegar a un bosquecito susurrante, de los arboles pendían mágicas lámparas con formas raras como si fuese frutos de ensueños, cruzamos un puente que en mi estado era como cruzar al otro lado del tiempo. Antorchas y candelas le daba un aspecto teatral al lugar, en una pequeña colina vimos la casa y hacia allí nos dirigimos. En los alrededores vimos gentes con oscuros, finos y sensuales trajes de última moda, cada cosa era tan excéntrica y asombrosa, que antes de entrar lleno de terror y envuelto en las sombras de la muerte del cual no podía apartar mis pensamientos, Le dije a Kurt que en realidad no tenía nada que ver con el club ni le creía sus historias locas, además que ya no tenía el mapa para poder entrar. Sólo te he seguido para vivir la aventura y escribir un cuento –le dije- y la curiosidad me ha llevado a las mismas puertas de la muerte. Al llegar a la entrada vi que habían dos guardias vestidos curiosamente, con espadas colgando de sus cinturas. Vi entrar gente con trajes que parecían representar el universo y todas las cosas, trajes de luna, del sol, de agua, redes, de espejos, laberintos, átomos , luces y un mago con un curioso sombrero de radiantes esferas. Al principio creí que era una visión por el efectos de la muerte operando en mi sistema nervioso y apoderándose de la vida, luego me dije que sólo era una fiesta de fantasía , pasaba un árbol y entre el pliegue de sus hojas Kurt me tomo de la mano y escondidos entre hojas, entramos y me pareció como si saliera de nuevo, el espacio no tenia techo y se ampliaba oscuro bajo el eléctrico resplandor de árboles y ríos, y diversas formas, y montones de gente oscilando bajo las manos lunáticas del músico, vi al músico rodeado de otros 6 djs, tocando los discos, haciendo las mezclas y conjurando con sus manos los cuerpos. Todos bailaban, un árbol con la luna, las estrellas girando alrededor del sol. Estaba tan asombrado de la escena que casi no me doy cuenta que no escuchaba ninguna música lo que termino de convencerme que ya estaba muerto y que me encontraba encerrado al ver demonios y ángeles bailando en un club de suicidios secretos .

Necesitas el sello para poder escuchar la música, dijo Kurt, sólo así podrás hacer contacto y ver el disco de la inmortalidad, y me mostró el sello. Éste tenía el gravado de un disco y una estrella de 6 picos en el centro , al tocarlo, empecé a escuchar la música más deliciosa y fina que había escuchado, sentí mi cuerpo eléctrico y vi en lo alto, el disco. El lugar comenzó a ampliarse, tomando alturas estelares, y yo a disminuir como si cada vez me confinara en un espacio más pequeño hasta disolverme en las vibraciones de la música, el lugar me pareció una constelación de estrellas, y su luz fija disolviéndose en los espejos ondulantes, tejiendo una red de sonidos, texturas y luces. Pensé que había enloquecido definitivamente por aquel maldito veneno y que por siempre lo estaría. El disco reflejaba una asombrosa obscura luz y parecía hecho con la sustancia de los espejos, parecía expandirse y al mismo tiempo contraerse, giraba inmóvil . Los elegidos cruzaran hoy a las regiones de la muerte, dijo Kurt excitado. En el disco vi geometrías, un laberinto de colores y texturas sonoras, el arquetipo de las cosas, y rayos de luz que eran redes y nombres, son los elegidos dijo alguien. Un hombre atravesó el disco que tomo la forma de su cuerpo, resplandeció y el hombre se desvaneció como el humo, el disco se amplió de nuevo y lanzó mi nombre, una terrible confusión me asaltó. Ve adelante- dijo Kurt - . De repente por detrás, los dos hombres del café me cruzaron una espada en el cuello, no te muevas o todo se termina aquí -me dijo-, nadie lo notó o debieron pensar era parte de la fiesta. Kurt se estremeció y el negro en un idioma extraño le preguntó algo que no entendí. Robar el disco y el sello? Respondió Kurt en ingles, en vista que los hombres estaban armados les dijo que sólo a travesando el disco y matando al músico lo obtendrían. El negro le dijo al otro- yo atravesaré el portal del disco, y tú, encárgate de matar al músico. Me empujó a un lado y desapareció en el humo, el hombre con nariz de arpía, sacó la espada y se dirigió donde tocaban la música, se acerco rápido al músico sin ser notado, y cuando le iba a hundir la espada se desmayó. En el suelo gritó, señalándome ,-me has asesinado- tosió sangre y murió. Asesinado yo? , pregunté, Kurt me respondió, cuando entré al cafebar las mesas eran una clase de torna mesas, posiblemente al girar la mesa se alternaron las bebidas y el otro fue el envenenado. Una ilimitada energía vibró dentro de mí . Sólo hace un rato pensaba que moriría o que posiblemente estaba muerto y ahora sentía como si volviera a nacer, lleno de gozo, como un loco comencé a bailar en medio de la algarabía y la música gozosa, fue cuando decidí en una acceso de felicidad atravesar el portal del disco. Desperté.

Que pesadilla tan extraña tuve, - me dije- sin embargo me siento como un ángel y me volteé para mirar la hora y seguir durmiendo, y sobre el nochero irradiando una luz eléctrica y mística, vi el sello.