En cada hoja de hierva veo inscrito
los jeroglíficos de los dioses, crípticas mitologías, el movimiento de los astros, las cosmologías están escritas tan frescas como remotas en las hojas y en las providencia del los sueños, cuando la razón es un sutil hilo de humo donde los pensamientos en tenaz curva se doblan, y tranquilos se disuelven como relojes de arena y símbolos de infinitos que se abren. En fósiles leo sus raros designios, en las dunas de la arena, acumulando pirámides, urnas y metales, en las ondas del agua y sus redes de luz, en semillas, en las raíces veo la voluntad divina y las insignias de la muerte, en las flores las banderas ondeantes de la vida , en galaxias, pájaros y peces las sutiles huellas del dios lejano y el vuelo del espíritu sobre el amplios silencio de las aguas sensoriales y dulce viento de los pensamientos que se arremolinan y resuenan en los infinitos ámbitos del tiempo. Se inscribe en las cosas un místico lenguaje, para la razón una sombría arte, una red virtual de relaciones y posibilidades, la asombrosa natura se corresponde y refleja en cadena, hoja a hoja, vibración a vibración, pensamiento a pensamiento, cada cosa en todo y todo en cada cosa.
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